prohíben los juramentos (como los Aliados actuales) porque «aquel que no es digno de crédito a menos que invoque a Dios ya está condenado» (ἤδη … κατεγνῶσθαι). Véase F. W. Mozley: «Two Words in Galatians», en Expositor, series 8, 4 (1912), pp. 143–146. U. Wilkens lo entiende en el sentido de estar «condenado a los ojos de Dios» (TDNT VIII, 568 n. 51, s.v. ὑποκρίνομαι). Puede que Hom. Clem. 17.19 sea un eco tardío de esta confrontación, en la cual Pedro disputa con Simón, el Mago (un sutil trasunto
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